viernes, 4 de julio de 2008

The man on the moon



No iba necesariamente a la luna pero su caminar de pechos valientes me hacía pensar que se dirigía a un lugar en extremo desconocido. Una noche de verano, no tan de verano como las noches de navidad, donde el cielo es negro y los árboles de gonzáles prada dejan ver su silueta nada anárquica, me encontraba prisionera en un recinto al que luego llamaría ¨directorio¨. Fue ahí cuando lo ví: lentes especiales para la atmosfera lunar empequeñecían sus ojos, dos ceros ovalados; su andar era pausado a pesar que en su mente la navidad ya había empezado. ¨Está nevando sobrina?¨ - diría mi tío Lucho. La navidad había empezado sí, enmarrocándonos, haciéndonos tocar piano de espaldas. Pero el mes de Enero nos dejaba sólos.
Así estábamos ayer, en una banca endurecida por nuestras palabras. Felizmente el frío se hizo presente y las ganas por buscar en mi closet una casaca acorde al momento surgieron de inmediato. La casaca era hecha para este hombre que al probársela se convirtió en astronauta. Volaremos hacia la luna?

Debate de Locura y Amor


Ha caìdo a mis manos un peculiar libro que trata los aspectos conflictivos de la pasión y el deseo, de la carne y la mente, de tanatos y eros, debates en los que Mercurio y Apolo defienden sus posturas; donde Júpiter, que hace de anfitrión, muestra su interés por escuchar a todas las partes implicadas. Pero todos ellos de acuerdo en condenarnos a vivir en la incertidumbre del deseo mediante la intensidad de la amorosa locura. Louise Labé, causante que desde ayer no pueda mas que recordar el diálogo entre Amor y Locura, ha creado una especie de propuesta que sólo se desarrolla en mi mente; una puesta en escena que incluye sólo dos pesonajes.

Seré digna representante de la locura? o mejor esperaré resignada la sentencia de Júpiter: ¨Por la dificultad e importancia de vuestras discrepancias y diversidad de opiniones, hemos aplazado vuestra causa para dentro de tres veces siete veces nueve siglos. Y mientras tanto os conminamos a vivir amistosamente juntos, sin ofenderos el uno al otro. Y guiará Locura al ciego Amor, y lo conducirá por donde mejor le parezca. Y en cuanto a la restitución de sus ojos, después de haber hablado a las Parcas, se dará la orden pertinente.¨